..nos detenemos en esta línea, ya que no pretendemos abundar en lo que las autoras descartan explícitamente: convertir este trabajo en un manual de crítica desbocada. Por eso hablamos de saber. Porque sin el más mínimo atisbo de soberbia, pero con la contundencia de quienes han recorrido los pasillos, hurgado en los expedientes y profundizado en las prácticas chapoteando el barro, las licenciadas Rosmari Perazza y Analena Gurgitano deconstruyen modos de acción, algunos burocratizados, otros insuficientes o desactualizados, pero proponen nuevas construcciones. Plantean preguntas pero ensayan respuestas. Este plus, por sí mismo, le da un valor agregado al libro. El trabajo, que definitivamente es un manual de buenas prácticas, se dispone a analizar, y lo hace con solvencia, temas cruciales en cuestiones de niñez judicializada, fundamentalmente del entrecruzamiento psi-jurídico.

Las autoras, formadas en el riñón mismo del Poder Judicial, ostentan amor por su inserción profesional. El producto de esa amalgama es idóneo: crítica constructiva y bien intencionada, planteo de soluciones con fundamentos en la teoría y en las prácticas; y una propensión hacia la edificación de pensamiento colectivo que resulta en un producto de lectura amena y pedagógica. Podemos afirmar, sin temor a exageraciones, que el grueso de las problemáticas que plantea la presencia de niñas, niños y adolescentes en Sede Judicial, caen bajo la lupa de las autoras. Tal vez lo más osado del trayecto es la decisión consciente y científica de no dar nada por sentado ni natural. Nos conducen, al decir de Eva Giberti, al reino de la vigilancia epistemológica, tan ligada a los preceptos éticos y deontológicos”